Desde pequeños y casi sin darnos cuenta, hemos estado conviviendo con esa polifacética mujer que siempre nos está intentado vender algo. Esa mujer que a veces nos cae bien y a veces mal, que a veces nos hace reír y otras llorar, de la que a veces nos orgullecemos o por el contrario, nos avergonzamos al máximo...
Esta mujer tiene mil caras, y siempre está jugando a que no sepamos a lo que juega. La cuestión es que siempre la desenmascaramos porque somos expertos en reconocer lo que quiere: vender (y cómo no vamos a ser expertos, si la conocemos de toda la vida).
Esta mujer tiene mil caras, y siempre está jugando a que no sepamos a lo que juega. La cuestión es que siempre la desenmascaramos porque somos expertos en reconocer lo que quiere: vender (y cómo no vamos a ser expertos, si la conocemos de toda la vida).