viernes, 9 de noviembre de 2012

El portafolio perfecto.

En la búsqueda de empleo no sólo basta con tener una imagen radiante y un currículum impecable, sino también necesitas de herramientas que te ayuden a reforzar tu profesionalismo. Un portafolio es tu carta de presentación visual, la demostración de todo aquello que dices que sabes hacer. 

La manera en la que presentas tu portafolio es la manera en la que te presentas a ti mismo, por ello has de trabajar su presentación y creatividad al máximo. Piensa que un portafolio es la forma en la que quieres que vean tu trabajo, así que asegúrate de reflejar todo tu estilo y tu talento en él.


Es una muestra de todo lo que has hecho, de lo que eres capaz de hacer como diseñador gráfico, fotógrafo o ilustrador. El objetivo de este formato es apoyarte, reforzar tu actividad profesional con elementos visuales y asombrar a la persona que lo revise para que te contemple como la mejor opción.


El portafolio es de una manera u otra, el reflejo de tu creatividad, por lo que existen cantidad de formatos. Lo recomendable a la hora de realizar un portafolio es un blog o página web, ya que es práctico, no tienes que transportar nada, es económico y das una impresión profesional y actualizada. Pero por otro lado, están las ventajas de presentarlo físicamente; llamas más a la curiosidad y atención del revisor, das oportunidad de presentar diferentes formatos o texturas que la red impide apreciar, y te aporta una originalidad especial al salirte del formato digital común.

Aquí unos consejos básicos muy útiles que te ayudarán a crear o mejorar tu portafolio creativo:

1. REFLEXIONA sobre tu estilo. Personaliza tu portafolio. Párate a pensar en tu personalidad como creativo, en tus aptitudes competitivas, en qué es lo que te diferencia de los demás. Tienes que reflejar esto en tu portafolio. Decide el carácter de tu presentación según tu estilo al trabajar: elegante, animado, retro, futurista, minimalista...

2. DISEÑA. Ahora que tienes claro tu estilo de presentación, comienza a realizar bocetos, intenta crear una imagen final de lo que será el portafolio. Pero cuidado: no te dejes llevar por el entusiasmo y quieras utilizar todas las herramientas y efectos que conoces. El truco del portafolio está en diseñar para ti, en el sentido de cómo quieres que te vean. No dejes que te influya la moda creativa del momento, no diseñes un portafolio que no te convenza demasiado, recuerda que estás enseñando lo que mejor sabes hacer.

3. PRESÉNTATE. Antes o después, dedica un apartado a presentarte como diseñador gráfico, decorador, fotógrafo o a la profesión a la que te dedicas. Sé breve pero impacta, desarrolla tu historia pero no aburras, sé creativo pero no satures al lector. No olvides tus datos de contacto.

4. ANEXA tus mejores materiales: universitarios, profesionales, incluso los que hayas hecho en tu tiempo libre. Las dos reglas de oro a la hora de montar un buen portafolio, ya sea físico o digital, son la limpieza y sencillez
  • Limpieza. En un portafolio debe haber variedad, pero sin saturación. No acumules elementos, deja respirar la página, céntrate en enseñar los resultados finales, no en explicarlos. 
  • Sencillez. El objetivo no está en engordar tu curriculum ni hacer de tu historial profesional un extensísimo documento. Tan sólo selecciona cuidadosamente los trabajos más importantes que hayas hecho, los que más definan tu carácter diseñador, y los que más resuman las herramientas y técnicas que dominas. Deja a un lado los demás. Una idea que puede servirte es la combinar portafolio físico con digital: presenta sólo algunas de tus creatividades en el físico, y invita al revisor a que visite el sitio web de tu portafolio para poder ver más trabajos tuyos.

5. EXPLICA. Es esencial agregar una breve y concisa explicación de cada proyecto. Esta explicación es un detalle, un pequeño texto que no llame la atención a primera vista y que informe sobre un nombre identificativo de lo presentado, la fecha, el lugar en el que fue hecho o al cliente al que fue dirigido.

6. REVISA. Varias veces con el objetivo de encontrar anomalías (manchas o arrugas si es el físico, faltas de ortografía, incoherencias gramaticales o visuales...)

Siguiendo estos pasos tu portafolio debe quedar personalizado según tu estilo, debe resumir gráfica y textualmente lo que sabes hacer. Debe presentarte. Si no estás satisfecho con el resultado cámbialo, pues es la impresión que quieres dar.

Ejemplos de portafolios digitales:


Ejemplos de portafolios impresos:






Comprobado que la creatividad no tiene límites, 
Gracias por tu visita ;)

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