domingo, 3 de marzo de 2013

La competencia rival. Donde caben dos no siempre caben tres.


En sus teorías, Darwin ya decía que el ser humano es competitivo por naturaleza, siente la necesidad de marcar su territorio y defenderlo como propio ante los posibles invasores o enemigos. 

En este contexto se destaca el concepto de líder, que ha sido asumido por todos los seres tanto humanos como animales desde los orígenes de los tiempos, y en todas las etapas de la vida. El líder puede ser seguido porque es más fuerte o sabio que los demás, porque da un ejemplo de conducta a seguir o simplemente, porque gusta lo que es o lo que tiene.


Pero, como en las películas, siempre tiene que haber un bando contrario percibido como "los malos" que afecta directa y personalmente al otro rival y a sus seguidores y les hace despreciar al contrario. ¿Qué pasa cuando dos líderes se encuentran en un mismo espacio que ambos quieren como suyo? Comienza una etapa, a veces interminable, de enfrentamientos. 






Dos líderes que luchan entre sí suelen desarrollar un universo de competición no sólo entre ellos, sino entre los seguidores de uno y de otro. Como vemos, el mundo (y la historia) está llena de rivales famosos, pero siempre a pares, pues en esencia, la naturaleza del ser humano es así, separamos lo bueno de lo malo, y no hay más.

En el mercado, se da una situación parecida con lo que comúnmente llamamos oligopolio, definido como la concentración de la oferta de un sector industrial o comercial en un reducido número de empresas. Pero en este caso no hablo de que la oferta se reduzca a dos o tres empresas, sino de que casi el total de la demanda se concentre en dos marcas, a causa de una preferencia infinita del consumidor hacia una de ellas y un desprecio irracional hacia la otra, considerándola "marca enemiga".


¿Pueden existir más de dos líderes? Por supuesto que sí, pero a veces donde caben dos, no siempre caben tres. 

El hecho de que el consumidor le sea fiel a una marca que tiene exactamente la misma notoriedad que otra diferente del mismo sector, se traduce como una amenaza, lo que produce un sentimiento de protección y defensa hacia la marca escogida, que enseguida se acoge como propia. El hecho de que exista un "bando contrario" desarrolla y hace crecer el sentimiento de pertenencia del consumidor, convirtiéndose éste en defensor de la marca.



























Ser parte de un grupo y sentirse orgulloso de ello nos da valor como personas. No digo que ser consumidor de Colacao te aporte autoestima, lo que te hace sentir más realizado es el hecho de escoger por ti mismo "no ser de Nesquik" y que ello forme parte de tu personalidad. 



En definitiva, son marcas que no luchan sólo entre sí, sino que detrás llevan a todo un ejército dispuesto a batallar por ellas. No olvidemos que lo que muchas veces nos hace estar en la cima no es nuestra propia marca, sino la fidelidad de nuestros consumidores, de ahí la importancia de que sean el centro de nuestra comunicación.


"Nadie ama a su patria por ser la más grande, la más rica o la más avanzada, sino porque es la suya"

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